Después de un atracón insano de desfiles de toda clase: buenos, maravillosos, malos y de Chanel, y tras meditarlo 0.5 segundos tengo clarísimo, casi casi desde el momento en que lo vi, que para mi el desfile de Dries Van Noten fue el mejor.
(La colección de McQueen no entra en ninguna de estas categorías. Es de otro mundo y soy incapaz de verla sin emocionarme)
¿Por qué me gusta? Porque ha sabido incluir una de las tendencias más acusadas que se presentan para la próxima temporada: la silueta años 50, pero llevándola a su terreno.
Porque consigue combinar algo tan difícil como el leopardo con otros estampados y en prendas que de entrada pensaríamos que no pegan ni con cola, pero que en realidad y gracias a su buen gusto consigue que sea absolutamente elegante.
Por las maravillosas chaquetas inspiradas en la sastrería masculina, perfectamente cortadas, y el juego que se trae con las mangas (en estas chaquetas y en otras prendas) en toda la colección mezclando colores y tejidos sin que la ropa pierda su presencia.
Porque mezcla prendas de seda estampadas con sudaderas grises o con jerséis de lana sin que resulte extraño, y lo que es más difícil que sea absolutamente elegante.
Y por los maravillosos abrigos y parkas. Porque lo he dicho 50 millones de veces, pero estoy harta de ver colecciones de invierno sin una sola manga larga. Diseñadores del mundo ¡en invierno llueve, hace frío y los brazos también son del cuerpo!
Porque me encanta el uso del verde militar en toda la colección, me encanta el juego masculino/femenino de la colección, me gusta como consigue hacer natural la combinación de cosas que de entrada parece que no casan demasiado, me gustan las aplicaciones de pedrería de algunas prendas que no las recargan sino que las dotan de un toque femenino, me chiflan los complementos y zapatos de cada salida. Y es que si tuviese la pasta suficiente para comprarla, sería la única colección de esta temporada que desearía tener entera en mi armario.
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