Así que si sois de los que solo leéis este blog por lo chascarrillos contra Karly, Marky o por las alabanzas a Elbaz o Pilati, estáis dispensados de seguir leyendo, porque hoy voy a hablar de mi, de mi momento fan (pero bien educada) y de mi viaje a Barcelona.
Aterrizamos el jueves por la noche, yo y mis dos acompañantes: jovenyguapa y su novio, y tras comprobar que el tiempo mediterráneo no tiene nada que ver con el atlántico al que nuestros cuerpos están acostumbrados, pusimos rumbo al hotel para dormir porque nos esperaba un viernes duro.
Yo no conocía Barcelona y quería ver lo máximo posible en esos tres día que iba a estar en la ciudad, y gracias a las sugerencias de dos amigas, Ana y Sonia (un beso guapas y gracias por las recomendaciones), y de Plutónico (sorry guapo, aquí si está bien no Nils?) decidí que el Born sería una buena zona para comer tras pasear por las Ramblas y el puerto. Así que nos echamos a andar y frente al Mercado del Born (uno que está con obras de reformas) nos cruzamos con un chico rubio.
Al verlo, lo primero que pensé fue"que cara más conocida", pero en seguida me di cuenta de que era el batería de Coldplay, Will Champion. Así que le digo a Jovenyguapa "oye, ese no era...?" y antes de terminar la frase, mi hermana ya me estaba diciendo "sí, es Will. Corre y dile algo". Tras pensármelo media fracción de segundo, decido que no que mejor no le digo nada, pero un nanosegundo después tiro la idea a la basura por tonta y corro tras el al grito de "Sorry Will" (sí, lo sé, no es muy original, pero parecía lo más efectivo en ese momento).
Y funcionó. Aquí tenéis la prueba.
no me tengais en cuenta los pelos de loca que llevo, que hacía mucho calor y yo no estoy acostumbrada que soy del norte...
Sonrió, posó para las dos fotos, le pareció "great" cuando le dijimos que teníamos entradas para el concierto de esa noche y hasta nos dio las gracias en español cuando nos despedíamos de él.
Sé que a muchos le parecerá una tontería, y que la mayoría si se lo cruzase por la calle no lo reconocería, ni a él, ni al bajista o al guitarrista ya que el único realmente famoso es Chris Martin, pero a los que seguimos al grupo desde su primer disco y nos gusta realmente su música (bueno a mi el bajista ya sabéis que también me gusta físicamente, pero esa es otra historia, jeje), encontrarte al batería de Coldplay y que fuese tan majo, resultó ser una experiencia estupenda.
Pero todo el día fue estupendo. Comimos en un sitio precioso, llegamos justo a tiempo al concierto para tener un buen sitio y no esperar demasiado, vimos a todos los teloneros, no sufrimos los problemas de sonido que hubo en el concierto, y hasta los tuvimos tocando a 2 metros de nosotros. Eso sí, en mi vida había tenido tanta sed como al salir del concierto.
El resto del fin de semana ya fue más normalito. Turisteo a los mismos sitios que las marionetas de Coldplay que ilustran el post y de cena y copichuelas el sábado noche con Clara de DLirio y un compi suyo de trabajo, que se portaron como unos verdaderos anfitriones y que saben que están invitados a lo que quieran cuando vengan a Vigo (ya sabeis, mejor cuando acaben las obras).
En resumen, que estoy deseando volver a Barcelona, porque me quedé con ganas de más, y que el año que viene vuelva Colplay a tocar a donde sea para poder verlos de nuevo.
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