Para ver cómo las maquillan, y les ponen celo en la ceja para levantarsela cómo una Carmen Sevilla cualquiera, o les hacen esa manicura con la uña negra y la punta blanca.
Y que un maquillador me diga el truco para conseguir que la raya del ojo me quede así de estupenda (tras años de intentos me sigue quedando cómo la calle Lombard de San Francisco)
Y ver mover un vestido así a Natasha Poly
o a Tanya Dziahileva
y a las demás hacer el moña mientras yo saco fotos
Todo esto porque el domingo alguien me cuenta que su cita del día anterior sólo fue a un desfile de Alta Costura de Dior cuando le dijeron que invitaban a champan y canapés. El mundo está muy mal repartido... soñar es gratis y cosas más raras se han visto. Si a él lo invitaron ¿por qué a mi no?
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