La inspiración puede aparecer en cualquier lugar.
Bajo el título de "Balenciaga: the spanish master", la exposición cuyo comisario fue Hamish Bowles, exploraba la profunda relación que las prendas de Balenciaga mantenían con su país de origen y en la que se podía ver que su inspiración no se limitaba a los clásicos del toreo y el flamenco, sino que iba mucho más allá y estaba presente la religión, los trajes de la vírgenes, los clásicos de la pintura como Zurbarán, Goya o Sorolla entre otros, los trajes de la realeza a través de la historia o los propios trajes regionales.
Esta combinación de inspiraciones tan dispares de entrada da como resultado la que es para mi la colección más interesante para el próximo verano, en la que piezas tan difíciles de entrada como la torera o los volantes que recorren toda una prenda pueden a la vez ser audaces al reinterpretar como se puede ver en las de imagenes inferiores las propias fotografías, que emergen de la tela con piezas de cristal de Swarovski, recreando también de este modo las ventanas iluminadas que retrata Reeve en sus fotos.
Van Noten recupera el espíritu de Balenciaga a través de sus volúmenes y en la forma de patronar sus prendas, consiguiendo algo que de entrada es casi imposible: que siluetas de hace más de 50 años resulten absolutamente contemporáneas y no se vean únicamente como piezas para pasarela. Porque la mayor virtud de Dries es que todas y cada una de las salidas de sus desfiles son absolutamente comerciales y ponibles.
Me resulta curioso ver como las exposiciones de moda influyen en las colecciones de los diseñadores actuales. No hay más que ver las de Gucci tras la retrospectiva de YSL en París, o la cantidad de referencias a Balenciaga y a los tópicos españoles que se han visto en los desfiles para la próxima primavera/verano en marcas tan dispares como Moschino o Balmain. Incluso el propio Nicolas Ghesquière ha vuelto a poner la vista sobre los archivos de la firma y recupera clásicos de la marca tras varias temporadas completamente alejado de ellos.
Quizás ya esté todo inventado y a la moda solo le quede recurrir una y otra vez al retrovisor, reinterpretando una y otra vez décadas pasadas con giros que la actualizan para traerla al presente en el mejor de los casos, cosa que por desgracia no siempre ocurre.
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