Aunque parece que la moda española se reduce a lo que sucede en la autodenominada "cuarta pasarela del mundo", hay algunos irreductibles que como los galos de la aldea de Astérix resisten fuera de ese ecosistema llamado Cibelespacio y deciden presentar sus colecciones en otros lugares alejados de IFEMA.
Hay que tener en cuenta lo que esto supone: prescindir del equipo de maquilladores, el casting de modelos, la pasarela y todo lo que esto conlleva: luces, sonido, asientos,..., invitaciones, local, etcétera etcétera etcétera.
Pero también ese esfuerzo (económico sobre todo) permite mostrar tal y cómo el diseñador quiere su colección y su propuesta, ya sea en el Círculo de Bellas Artes (que mientras no lo hagan en la terraza no tengo nada que objetar), en una galería de arte o en una discoteca que reabre temporada como hizo Gori de Palma en la Sala Cool el pasado Septiembre en la que las copas y los wannabes de la "Generación Post Windsor" (Poppy Blasco ©) peleaban por ser los protagonistas dejando al desfile en un segundo plano absoluto.
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