La moda tiene sus propios ritmos y plazos. Ahora estamos en temporada resort y si yo fuese una bloguera en condiciones estaría analizando el estampado digital de Givenchy, el refrito de Lanvin que está convirtiendo a Elbaz en el más previsible de los diseñadores (a pesar de esa colección para niños), como YSL le puede dar una vuelta de tuerca al tópico marinero y que resulte interesante, o la agradable sorpresa de Kane para Versace. Pero no.
Yo voy a hablar de una colección del próximo Otoño/Invierno que sale a la luz ahora. O más bien voy a dejar que hablen las imágenes porque con Tom Ford es muy difícil decir ya algo más que no sean los tópicos manidos de siempre y cantar sus alabanzas.
Porque esta es la prueba de que a pesar de estar todo inventado, la moda todavía puede hacernos soñar.
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