Cambio climático

Puede que mi visión de las pasarelas de Milán y París para  hombre y sus propuestas para la temporada de Primavera/Verano de 2012 estén muy condicionadas por la novela que estoy leyendo en estos momentos "Solar" de Ian McEwan en la que se habla de nuevas formas de energía y del cambio climático pero no dejo de pensar que los diseñadores masculinos saben algo que los demás mortales no sabemos y por eso han decidido que chaquetas de punto o acolchadas, jerséis, cazadoras de cuero, parkas y demás prendas de abrigo no deben faltar en el armario masculino para la que se supone época de más calor.

                                                     Louis Vuitton                                                                                                    Missoni

En algunos casos para aportar el toque veraniego combinan capas y capas de ropa con unas sandalias o con unas bermudas cortas (tendencia en la que todos también se han puesto de acuerdo y que espero que consiga desterrar los horrorosos pantalones piratas y que los hombres enseñen sus piernas de una forma mucho más favorecedora).

                                                        Dries Van Noten                                                                                                                 Lanvin

En otros casos ni tan siquiera se toman la molestia y los looks podrían perfectamente estar sacados de cualquier colección de invierno tanto por colores o materiales, como es el caso de la presentada por Balenciaga en la que de los 21 looks presentados hay únicamente uno con manga corta.

Es curioso como en la moda masculina se produce el efecto contrario del que sucede con algunas marcas de ropa para mujer en las que el invierno no existe y en todas las temporadas presentan vestidos ligeros de gasa, de tirantes o manga corta, y por supuesto todo esto sin el acompañamiento de medias, chaquetas o de abrigos. Debe ser que pasar frío en el caso de  las mujeres o calor en el de los hombres no es tendencia.

Mantener las tradiciones

El 2 de julio Mónaco se vuelve a vestir de gala para celebrar la boda del Príncipe Alberto, y aunque estamos seguros de que la novia irá guapísima vestida de Armani y que cientos de titulares y artículos buscarán el parecido con la madre del novio, fantasma que todo lo cubre en el Principado y que temo no se quitará nunca de encima Charlene, a mi me sirve de excusa para hablar del diseñador favorito de Grace y que visitió de novia a Carolina cuando con 21 años decide casarse con  el  playboy (eufemismo de vividor) Philippe Junot.

 

Es muy curioso que el diseñador que más años ha diseñado para la casa Dior sea probablemente el más desconocido de todos y eso a pesar de que ni su entrada ni su salida de la Maison fue tranquila.

Cuando en 1957 fallece Christian Dior, toma el relevo de la marca un joven de 21 años llamado Yves Saint Laurent, que se había convertido en su mano derecha. Sus primeras colecciones son un éxito y aunque estaba en edad de cumplir con el servicio militar, el dueño de la firma Marcel Boussac mueve sus hilos con las altas esferas para aplazar ese compromiso. Pero las ventas en 1960 no son las esperadas y el gran jefe decide que es el momento oportuno de que Yves cumpla con la patria.

Por todos es sabido que Saint Laurent duró sólo 20 días en el ejercito, pero cuando quiso reincorporarse a su puesto ya había sido sustituido por Marc Bohan, y ni siquiera la demanda que presentó consiguió su vuelta a Dior.

32 años después Bernard Arnault decide que es hora de una nueva etapa en Dior y que al frente de esta debe estar Gianfranco Ferré. Algo que puede parecer normal si no fuese por el pequeño detalle de que Bohan se entera por los periódicos de la noticia.

Así que quizás todo el asunto de Galliano no es más que una forma de mantener las tradiciones.

Adivina adivinanza

Piruleta para el primero en adivinar quién es este señor tan elegante, que siempre iba a trabajar con su traje de tres piezas.

Piruleta para Juan P. por ser el primero en reconocera a Marc Bohan.

Tom Ford que estás en los cielos

La moda tiene sus propios ritmos y plazos. Ahora estamos en temporada resort y si yo fuese una bloguera en condiciones estaría analizando el estampado digital de Givenchy, el refrito de Lanvin que está convirtiendo a Elbaz en el más previsible de los diseñadores (a pesar de esa colección para niños), como YSL  le puede dar una vuelta de tuerca al tópico marinero y que resulte interesante, o la agradable sorpresa de Kane para Versace. Pero no. 

Yo voy a hablar de una colección del próximo Otoño/Invierno que sale a la luz ahora. O más bien voy a dejar que hablen las imágenes porque con Tom Ford es muy difícil decir ya algo más que no sean los tópicos manidos de siempre y cantar sus alabanzas.

Porque esta es la prueba de que a pesar de estar todo inventado, la moda todavía puede hacernos soñar.

Belle Vere

Belleza Real. Este parece ser el lema que las revistas de moda de todo el mundo han abrazado con más fuerza que nunca, siendo Vogue Italia la abanderada de una revolución que todavía no sé si me encanta o en el fondo me parece un poco paternalista. Y me explico.

De un tiempo a esta parte muchas revistas han dedicado números especiales a mujeres que por motivos diversos habían sido casi invisibles para el mundo de las revistas de moda como son "las mujeres con curvas" (eufemismo de tallas grandes) y la que con más fuerza ha entrado en esta causa ha sido Vogue Italia con número "curvy" "black issues" y otros títulos en inglés para nombrar lo que se supone que sale fuera de lo "normal" en una revista de moda: una modelo blanca y muy delgada.

Y es que uno de los temas al que el mundo de la moda vuelve una y otra vez es el peso de las modelos: si están muy delgadas, que si no comen, si la anorexia, y así una y otra vez en bucle desde siempre. Y aunque está claro que las tendencias cambian y no deberíamos estar eternamente recordando que siempre (y cuando digo siempre es siempre) las modelos han sido delgadas y algunas de las más famosas y reputadas con medidas casi extremas como Lisa Fonssagrives con tan sólo 46 cm cintura o los 41 kilos de Twiggy.

Me parece estupendo que Vogue Italia apoye manifiestos contra la anorexia (pulsar aquí para verlo) pero no sé si es bueno para la normalización que se supone que pretenden estos número tener secciones específicas en su web llamadas "Vogue Curvy" o "Vogue Black" porque probablemente consigue justo lo contrario de lo que quiere conseguir: ponerlas en una categoría especial con un tratamiento diferente. Y eso siempre ha sido lo contrario a la normalidad.

Tema aparte es el tratamiento que los demás medios de comunicación le dan a asuntos como este. Periódicos y blogs (y yo la primera) no han dudado en comentar y celebrar este número reseñándolo convenientemente generando una publicidad gratuita con la que Vogue Italia está encantada y no hay más que ver el dossier que han creado en su web para celebrarlo (para verlo pulsa aquí) o los dos post sobre el asunto que lleva ya Franca Sozzani, directora de la revista, en el blog que escribe (post 1 y post 2)

La pena es que estas cosas sean noticia y no que el edito de Steven Meisel, en el que la influencia de maestro Newton brilla por todas partes, es maravilloso independientemente del peso de las modelos, y que probablemente su elección le da mucha más fuerza a las fotos que si las protagonistas fuesen tres mujeres muy delgadas.

Puede que esto sea la señal de salida para un cambio de actitud. O puede que sea una forma de seguir haciendo compartimentos estancos. Veremos como evoluciona el tema más allá de las buenas intenciones y de decir que "todas las mujeres son bellas"  o que "las curvas son sexys" .