Probablemente el nombre de Antonio Canovas del Castillo os haga pensar en los libros de historia del instituto y lo tengáis ubicado como un político de la etapa de la Restauración en el siglo XIX.
Lo que mucho no saben es que uno de sus descendientes, y con el mismo nombre, fue diseñador en Lanvin entre los años 1950 y 1963, sucediendo a la fallecida creadora de la casa, Jeanne Lanvin.
Nació en Madrid en 1908, y huye de España en 1936 al comenzar la Guerra Civil. Se va a París, donde rápidamente encuentra trabajo en distintas casas de moda, llegando incluso a diseñar complementos para Chanel. Entre 1937 y 1945 está en Paquin y Piguet y llega a colaborar con Cocteau en su película "La bella y la bestia". En 1945 Elizabeth Arden lo convence para irse a Nueva York, convirtiéndose en el diseñador de la casa y empieza a trabajar también en Brodway y para la New York Metropolitan Opera.
Pero en 1950 recibe la llamada de la Condesa de Polignac Jean, Marie-Blanche (la hija de Jeanne Lanvin), con el objetivo de revitalizar la firma. Su presentación es espectacular, con una colección de vestidos de satén blancos.
Fue tal el éxito y reconocimiento que tuvo su trabajo que su nombre paso a formar parte del de la marca, apareciendo incluso en las etiquetas como Lanvin-Castillo.
Supo imprimir su personalidad a sus creaciones, sin perder en ningún momento el estilo "Lanvin" de cortes entallados, faldas de vuelo y largos tobilleros, siempre con formas muy femeninas y definidas a pesar del volumen.
En 1961 le roba un aprendiz a Balenciaga y traslada desde Madrid a París a un chico dominicano llamado Óscar de la Renta.
En 1961 le roba un aprendiz a Balenciaga y traslada desde Madrid a París a un chico dominicano llamado Óscar de la Renta.
Castillo permanece en la firma hasta 1962, fecha en la que la abandona para crear la suya propia. La lanza en 1964 y dura únicamente cuatro años, en los que trabaja fundamentalmente para clientas particulares, teatro y cine. Su último gran trabajo es para la película "Nicolás y Alejandra", inspirada en la vida del último Zar de Rusia, con el que gana el Óscar al mejor vestuario en 1971 (y que comparte con Yvonne Blake)
Por cierto, Antonio Castillo no fue el único español que diseñó para esta casa. A finales de los 90, Cristina Ortiz también lo hizo.
0 comments:
Post a Comment